viernes, 30 de septiembre de 2011
Venice Queen
La Reina de Venecia. Mi reina.
Es lo más importante del mundo. La reina de la ciudad más antigua del mundo. La única persona perfecta del planeta.
La amo tanto que duele. Es todo lo que busco en la vida, y muchísimo más de lo que aspiro. Cuando estoy con ella, o hablo con ella, o simplemente pienso en ella, me siento un poco más humano. No la aberración que debería ser siempre, si no algo un poco más cerca de la humanidad.
Es mi razón de vivir. La posibilidad de que un ángel me ame aunque sea la milésima parte de lo que yo le amo a ella es casi imposible, pero es mi única forma de ser feliz. Mi único motivo para seguir soportando la vida.
Gracias a ella, he descubierto que poseo una capacidad para amar bastante mayor de lo que yo creía. Sabía que era capaz de querer, aunque no de ser querido. Pero no de esta forma.
Sólo hay un pequeño inconveniente. ¿Cómo un ser tan perfecto se fijaría en un error como yo? Nunca se ha visto a un ángel con el demonio más malvado del infierno, y esta es la misma situación.
Es, ha sido, y será, probablemente, lo que más quiera en toda mi vida. Me hace sentir cosas que ni sabía que existían. Un sentimiento incluso más fuerte que el amor.
Es el rayo de luz que surca el cielo en mi noche perpetua. La iluminación de toda mi vida.
No forma parte de mi corazón. Es mi corazón. Todo lo que siento y pienso es por ella, es el motor de mi vida. Lo que me hace seguir adelante, con la esperanza de llegar a un final feliz, en el que estemos juntos para siempre.
Un final feliz. Qué locura. Por lo menos para mi, es imposible. No hay finales felices de donde vengo. La desesperación y la soledad van de la mano en mi vida, pero ella me ha hecho conocer la parte buena.
Es la reina de mi corazón. Lo tiene para hacer lo que quiera con él, es totalmente suyo.
lunes, 26 de septiembre de 2011
Snow
Siempre tengo la misma pesadilla. Un lugar negro, frío y oscuro, donde estoy totalmente solo, sin nadie, solamente conmigo mismo, enfrentado con mi mente.
Dura eternamente. O por lo menos, eso parece. Hasta que el resplandor de la nieve me llega a través de la oscuridad, deslumbrándome, impidiéndome ver lo que tengo delante.
Justo cuando la luz empieza a dejar de cegarme, me despierto. Siempre alcanzo a ver una sombra poco definida que destaca. Pero nunca llego a distinguirla. La nieve refleja la luz, y me impide ver con claridad.
Después de la pesadilla, imagino cómo será la persona que me saca de la negrura implacable de mi subconsciente. Me gusta creer que es un ángel enviado a ayudarme expresamente a mi. Pero no creo que Dios tenga esa consideración conmigo.
Creo que es mi corazón lo que me ayuda. Crea una imagen totalmente imposible para sacarme de la oscuridad. Crea un espejismo de ella, simplemente para darme una razón para seguir adelante, y despertarme de la pesadilla.
Entonces, acaba la noche. Mi mente deja de intentar destrozarme, y me ayuda. Me hace pensar que voy a verla. Que todo va a ir bien, porque voy a estar con ella siempre. Que nada nos va a separar nunca.
No es lo mismo lo que me hace pensar mi mente que la realidad. Ni mucho menos.
En la realidad hay un abismo infranqueable entre nosotros. No está lejos, pero tampoco cerca. Prefiero el mundo alternativo de mi mente, el lugar feliz en el que sólo estamos ella y yo. No tiene un fondo definido.
A decir verdad, cualquier lugar sería feliz si estoy con ella. Desierto o glaciar. Da igual, porque estoy con un ángel, no importa nada más.
Puede que algún día el mundo imaginario de mi mente se traslade a la realidad, y me convierta en una persona feliz. Es improbable. Pero no imposible, no hay nada imposible.
Mientras tanto, sigo esperando a la noche. Siempre a la misma pesadilla, para que acabe de la misma forma, y pueda seguir creyendo que mi corazón me ayuda.
No sé si hay algo para definir un sentimiento más fuerte que el amor. Es lo que siento por ella. Mil veces más fuerte que el amor, y eso es lo único que impide que mi mente tome el control de mi.
Esto me hace sentir bien. Puede que sólo sean los pensamientos confundidos de un adolescente enamorado. Pero me hacen ser feliz, y es lo que importa. Ella me hace ser feliz, y eso es lo que me hace vivir
jueves, 22 de septiembre de 2011
Some Kind Of Monster
Vivo en silencio, esperando por ese día en el que una persona sea lo suficientemente comprensiva conmigo como para intentar estar conmigo y hacer que deje de ser un monstruo.
Simplemente, tengo lo que merezco. Un error tan grande como yo no merece nada. Y mucho menos amor o compañía humanas. Soy demasiado malo para todo eso, pero también lo necesito.
Es lo único que puede hacerme feliz. Pero también lo que está más lejos de mi alcance. Entiendo que nadie quiera estar conmigo, sería una aberración. No quiero que nadie pierda su tiempo de esa forma conmigo, porque no me lo merezco.
Este estilo de vida ya es mío. Es algo aprendido a lo largo de mucho tiempo solo, pensando en que si no fuera tan rematadamente desagradable, las personas podrían querer estar conmigo.
Ya no necesito encontrar a alguien que me quiera, si no simplemente a alguien que se quede lo suficiente como para que se de cuenta de mi existencia. Pero no, no lo voy a encontrar.
Llevo una carga sobre mis hombros mucho más pesada de lo que puedo soportar. La soledad. No sé cuanto tiempo voy a poder aguantarla. Me está aplastando, y hundiéndome en el pozo de negrura que es mi vida.
Esta es la vida de un error, mi vida.
miércoles, 21 de septiembre de 2011
The Unnamed Feeling
No tiene nombre. Es imposible ponerle nombre a algo que causa tanto dolor.
Es una sensación impasible. Te recorre las venas con cada momento de decepción, tristeza, impotencia o depresión, para intensificarlos, y hacer que no seas nada.
Es incontrolable. No puedes reprimirlo, está impuesto en todas las fibras de tu ser para reaccionar, tomar el control de ti, y hundirte.
En mi, siempre está activo. Es la vida que tengo. Simplemente, ¿a algo que carece totalmente de amor se le puede llamar vida? Siempre creí que habría un tiempo para la felicidad. Pero el intervalo hasta ese momento me va a matar mucho antes de que llegue.
Tomé una decisión una vez. No volvería a dejar que me volviera a controlar. Pero no puedo por mi mismo. Es una fuerza mucho mayor que la que hay dentro de mi, y no puedo evitar que se apodere de mi, y me haga ser un monstruo. Bueno, más todavía.
Sólo quiero reprimirlo. Que no me vuelva a afectar nunca. Amplifica todos mis pensamientos oscuros, y los vuelve contra mi. Quiero cambiar eso.
Hay un sitio en el que no puede afectarme. Un lugar seguro, en mi mente. Es mi protección más eficaz frente a todo. El problema está que en ese sitio hay un amor tan potente que duele mucho más que el sentimiento innombrable.
En ese lugar está ella.
Es un pequeño rayo de luz en el mar de oscuridad formado por mi mente y mi corazón. Esa luz duele entre tanta oscuridad.
Ese amor me impulsa a seguir hacia adelante. Saber que hay un sitio en el que el sentimiento innombrable pueda ser derrotado me hace ser capaz de soportar todo el dolor del amor, por muy duro que sea.
Eso es mi mente. Un sentimiento tan fuerte que puede matarme, y un amor tan fuerte que puede destruir al sentimiento innombrable. Pero también puede destruirme a mi.
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