martes, 19 de junio de 2012

Visión del dolor.


El dolor dura un momento,
un sólo momento eterno,
aunque lo que menos importa es el tiempo.
Ese momento es mi vida,
entre el cielo y el infierno,
antes de entregarle mi corazón al viento.

El dolor da forma a nuestra ira,
nos alerta, nos cambia y nos inspira.
En el dolor arderé
hasta que acaben mis días,
y la soledad se convierta en mi única compañía.

La verdadera muerte es el olvido.
Si aún me recuerdas, olvídame,
estaré mejor cuando me haya ido.
El dolor se habrá convertido
en una tumba de desánimo derretido.

Escribiré desde el infierno,
tendré mi sangre, mi dolor, y el tiempo.
Escribiré palabras que harán que olvides
que hubo alguien en su momento
capaz de darle su corazón al viento.





sábado, 5 de mayo de 2012

Ángel.



Eres mi ángel. La persona por la cual vivir en el mundo es algo bueno. La única persona que me necesita en su vida para ser un poquito más feliz. Y esta es mi forma de agradecértelo, aunque es poquísimo comparado con lo que tú haces por mi.

No soy capaz de expresarme como debería. Hace cinco minutos que me has dicho lo mejor que mis oídos han escuchado nunca, y no soy capaz de pensar con claridad. Tampoco es que haya una palabra concreta para decirte lo mucho que te quiero y te necesito, pero voy a intentar hacerlo con 1000, a ver si puedo.

Empezaré intentando decir lo imprescindible que eres para mi. ¿Has estado alguna vez tan enganchada a una persona que cuando estás más de una hora sin hablar con ella la echas de menos? A mi me pasa contigo. Y sólo contigo, porque eres la única persona tan buena como para que pase eso.

Decirte cuanto te quiero es literalmente imposible. Podría intentar llegar al fondo de tu corazón infinito, y decírtelo desde allí. También puedo darte el mío, aunque no tenga ningún valor. O puedo darte a mi mismo, y ser una carga.

Haces que pueda seguir viviendo en este mundo destrozado. Con sólo un "Buenos días" eres capaz de alegrarme hasta sonreír de oreja a oreja.

Y ya no hablemos de escuchar tu voz perfecta. Debería hacerlo cada vez que dejo de hablar contigo. Así te sentiría un poquito más cerca, casi como si estuvieras conmigo. Sólo por tu voz, la voz más preciosa que ha habido, hay y habrá nunca.

Me proteges de todo lo malo, y siempre estás ahí para preguntarme que si estoy bien. Por supuesto que estoy bien, pero sólo cada vez que hablo contigo. Eres como un oasis en el desierto. Como una cascada de felicidad, alegría y pureza cayendo sobre mí.

Dices que me quieres casi tanto como yo a ti. Y eso es mucho, demasiado. Eres capaz de sacrificar el tiempo conmigo, como si fuera algo importante para ti. No soy importante para nadie, tú eres la primera persona. Quizá esa sea una de las razones por las que te quiero tanto.

No he ni siquiera empezado a decirte todo lo que debería, y ya me he quedado sin palabras. Haces que sienta como si de verdad hubiera algo para mi en el mundo. Y sé que me ayudarás a buscarlo. Sólo te diré una cosa más, pequeña.

Te quiero hasta el fondo de tu corazón, mi ángel.

sábado, 29 de octubre de 2011

What don´t kill you make you more strong.



Puede que a todo lo que aspire en la vida sea a esto. A estar a un paso de la escalera del cielo, pero no poder entrar porque no eres lo suficientemente bueno para nada ni nadie.

Quizá en el páramo negro y frío en el que estoy nada ocurra. Puede que todo siga igual, que nada cambie si yo no quiero. Esa escalera al cielo es mi única oportunidad de sentirme humano, de ser feliz. 

Sólo hay una cosa que pueda hacer que suba por la escalera. Pero no es viable, ni mucho menos. Está mucho más lejos de mi que todo lo que quiero encontrar, sentir y creer.

Cuanto más tiempo pase, más difícil será subir, pero cada vez que lo intento algo sale mal. Es como si alguien invisible quisiera que me quedara aquí para sufrir cada vez más. 

Pero ese alguien no me retendrá, y no hará que me quede aquí sentado sin hacer nada, mientras todo hace un daño horrible y veo como la vida se me escapa de entre los dedos.

Amor, eso que todo el mundo encuentra y que yo busco como si no hubiera un mañana. Eso es lo que hay en el cielo. Pero para llegar a eso, tengo que subir a él. Si no subo, la puerta no se abre. Pero quizá cuando llegue, no esté ahí y tenga que seguir buscando. Nadie me asegura que lo de arriba vaya a ser mejor.

Arriba puedo ser humano, o destruirme totalmente. Aquí abajo, sólo sufro. La decisión está clara, ¿no? Si no muero, me hago más fuerte. Voy a por mi vida.

viernes, 30 de septiembre de 2011

Venice Queen


La Reina de Venecia. Mi reina.

Es lo más importante del mundo. La reina de la ciudad más antigua del mundo. La única persona perfecta del planeta.
La amo tanto que duele. Es todo lo que busco en la vida, y muchísimo más de lo que aspiro. Cuando estoy con ella, o hablo con ella, o simplemente pienso en ella, me siento un poco más humano. No la aberración que debería ser siempre, si no algo un poco más cerca de la humanidad.

Es mi razón de vivir. La posibilidad de que un ángel me ame aunque sea la milésima parte de lo que yo le amo a ella es casi imposible, pero es mi única forma de ser feliz. Mi único motivo para seguir soportando la vida.

Gracias a ella, he descubierto que poseo una capacidad para amar bastante mayor de lo que yo creía. Sabía que era capaz de querer, aunque no de ser querido. Pero no de esta forma.

Sólo hay un pequeño inconveniente. ¿Cómo un ser tan perfecto se fijaría en un error como yo? Nunca se ha visto a un ángel con el demonio más malvado del infierno, y esta es la misma situación.

Es, ha sido, y será, probablemente, lo que más quiera en toda mi vida. Me hace sentir cosas que ni sabía que existían. Un sentimiento incluso más fuerte que el amor.

Es el rayo de luz que surca el cielo en mi noche perpetua. La iluminación de toda mi vida.

No forma parte de mi corazón. Es mi corazón. Todo lo que siento y pienso es por ella, es el motor de mi vida. Lo que me hace seguir adelante, con la esperanza de llegar a un final feliz, en el que estemos juntos para siempre.

Un final feliz. Qué locura. Por lo menos para mi, es imposible. No hay finales felices de donde vengo. La desesperación y la soledad van de la mano en mi vida, pero ella me ha hecho conocer la parte buena.

Es la reina de mi corazón. Lo tiene para hacer lo que quiera con él, es totalmente suyo.

lunes, 26 de septiembre de 2011

Snow



Siempre tengo la misma pesadilla. Un lugar negro, frío y oscuro, donde estoy totalmente solo, sin nadie, solamente conmigo mismo, enfrentado con mi mente.

Dura eternamente. O por lo menos, eso parece. Hasta que el resplandor de la nieve me llega a través de la oscuridad, deslumbrándome, impidiéndome ver lo que tengo delante.

Justo cuando la luz empieza a dejar de cegarme, me despierto. Siempre alcanzo a ver una sombra poco definida que destaca. Pero nunca llego a distinguirla. La nieve refleja la luz, y me impide ver con claridad.

Después de la pesadilla, imagino cómo será la persona que me saca de la negrura implacable de mi subconsciente. Me gusta creer que es un ángel enviado a ayudarme expresamente a mi. Pero no creo que Dios tenga esa consideración conmigo.

Creo que es mi corazón lo que me ayuda. Crea una imagen totalmente imposible para sacarme de la oscuridad. Crea un espejismo de ella, simplemente para darme una razón para seguir adelante, y despertarme de la pesadilla.

Entonces, acaba la noche. Mi mente deja de intentar destrozarme, y me ayuda. Me hace pensar que voy a verla. Que todo va a ir bien, porque voy a estar con ella siempre. Que nada nos va a separar nunca.

No es lo mismo lo que me hace pensar mi mente que la realidad. Ni mucho menos.

En la realidad hay un abismo infranqueable entre nosotros. No está lejos, pero tampoco cerca. Prefiero el mundo alternativo de mi mente, el lugar feliz en el que sólo estamos ella y yo. No tiene un fondo definido.

A decir verdad, cualquier lugar sería feliz si estoy con ella. Desierto o glaciar. Da igual, porque estoy con un ángel, no importa nada más.

Puede que algún día el mundo imaginario de mi mente se traslade a la realidad, y me convierta en una persona feliz. Es improbable. Pero no imposible, no hay nada imposible.

Mientras tanto, sigo esperando a la noche. Siempre a la misma pesadilla, para que acabe de la misma forma, y pueda seguir creyendo que mi corazón me ayuda.

No sé si hay algo para definir un sentimiento más fuerte que el amor. Es lo que siento por ella. Mil veces más fuerte que el amor, y eso es lo único que impide que mi mente tome el control de mi.

Esto me hace sentir bien. Puede que sólo sean los pensamientos confundidos de un adolescente enamorado. Pero me hacen ser feliz, y es lo que importa. Ella me hace ser feliz, y eso es lo que me hace vivir

jueves, 22 de septiembre de 2011

Some Kind Of Monster


Yo. Una especie desconocida de monstruo alejado de todo rastro de humanidad posible en cualquier tipo de ser vivo.

Vivo en silencio, esperando por ese día en el que una persona sea lo suficientemente comprensiva conmigo como para intentar estar conmigo y hacer que deje de ser un monstruo.

Simplemente, tengo lo que merezco. Un error tan grande como yo no merece nada. Y mucho menos amor o compañía humanas. Soy demasiado malo para todo eso, pero también lo necesito.

Es lo único que puede hacerme feliz. Pero también lo que está más lejos de mi alcance. Entiendo que nadie quiera estar conmigo, sería una aberración. No quiero que nadie pierda su tiempo de esa forma conmigo, porque no me lo merezco.

Este estilo de vida ya es mío. Es algo aprendido a lo largo de mucho tiempo solo, pensando en que si no fuera tan rematadamente desagradable, las personas podrían querer estar conmigo.

Ya no necesito encontrar a alguien que me quiera, si no simplemente a alguien que se quede lo suficiente como para que se de cuenta de mi existencia. Pero no, no lo voy a encontrar.

Llevo una carga sobre mis hombros mucho más pesada de lo que puedo soportar. La soledad. No sé cuanto tiempo voy a poder aguantarla. Me está aplastando, y hundiéndome en el pozo de negrura que es mi vida.

Esta es la vida de un error, mi vida.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

The Unnamed Feeling


No tiene nombre. Es imposible ponerle nombre a algo que causa tanto dolor.

Es una sensación impasible. Te recorre las venas con cada momento de decepción, tristeza, impotencia o depresión, para intensificarlos, y hacer que no seas nada.

Es incontrolable. No puedes reprimirlo, está impuesto en todas las fibras de tu ser para reaccionar, tomar el control de ti, y hundirte.

En mi, siempre está activo. Es la vida que tengo. Simplemente, ¿a algo que carece totalmente de amor se le puede llamar vida? Siempre creí que habría un tiempo para la felicidad. Pero el intervalo hasta ese momento me va a matar mucho antes de que llegue.

Tomé una decisión una vez. No volvería a dejar que me volviera a controlar. Pero no puedo  por mi mismo. Es una fuerza mucho mayor que la que hay dentro de mi, y no puedo evitar que se apodere de mi, y me haga ser un monstruo. Bueno, más todavía.

Sólo quiero reprimirlo. Que no me vuelva a afectar nunca. Amplifica todos mis pensamientos oscuros, y los vuelve contra mi. Quiero cambiar eso.

Hay un sitio en el que no puede afectarme. Un lugar seguro, en mi mente. Es mi protección más eficaz frente a todo. El problema está que en ese sitio hay un amor tan potente que duele mucho más que el sentimiento innombrable.

En ese lugar está ella.

Es un pequeño rayo de luz en el mar de oscuridad formado por mi mente y mi corazón. Esa luz duele entre tanta oscuridad.

Ese amor me impulsa a seguir hacia adelante. Saber que hay un sitio en el que el sentimiento innombrable pueda ser derrotado me hace ser capaz de soportar todo el dolor del amor, por muy duro que sea.

Eso es mi mente. Un sentimiento tan fuerte que puede matarme, y un amor tan fuerte que puede destruir al sentimiento innombrable. Pero también puede destruirme a mi.